Siempre pensé que los regalos que se preparan con las propias manos; una carta, un dibujo, una ropita o un dulce son los mejores que uno puede dar y, por supuesto, recibir. Son bastante efímeros pero de verdad pienso que el verdadero regalo no es el material en sí, sino el tiempo que pensamos en el otro mientras que preparamos. Será que le va a gustar? Seguro que sí!
Me predispuse a probar el brownie por segunda vez… Si me sale bien, qué lindo regalo sería! Esta vez voy a probar con un chocolate diferente para ver qué tal y voy a sacar del horno cuando el palito que se clava para ver si ya está, salga llenito de masa… Hice tal cual y para mi gusto, salió perfecto! Al otro día estaba más lindo todavía y la salsa bombom que le puse arriba le quedó hermosa. Estoy muy orgullosa!
El día del padre era al otro día y se festejaba a la hora del almuerzo en la casa de mi abuelo… como soy una aprendiz total con la lentitud propia del que no está seguro, empecé a la tarde ya, ni si quiera a la noche porque no me iba a dar el tiempo de empezar todo de vuelta si me salía mal.
Las galletitas de manteca estaban guardaditas en la lata y pensé que con chocolate iban a quedar riquísimas para la merienda. A tío César le encantaron.
Qué linda la familia reunida. Las primas poniéndose al día. Los primos viendo el partido. La tarde más lenta cuando es de domingo.
Por otro lado, mi gordita, mi abuela, mi yeyi… la más tierna del mundo. Esta carita de pícara me puede! Te quiero gordita!
Lo importante es que a papá le gustó mucho su regalo y mi abuelo no creyó que yo preparé, pensó que compré camino a su casa.
Lindo domingo!!! Felíz día Papá!!!
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