Las cookies eran un pendiente de pastelera. Nunca antes había hecho cookies con chocolate y para ser la primera vez, salieron riquisimas. Aprendimos que al otro día son más ricas todavía. Mejor que descansen y se tranquilicen toda la noche para dejarse disfrutar al otro día.
Los sábados de siesta un señorcito toca el timbre de nuestra casa y dice: "Va a querer frutilla patrona?" y como sabía que de por ahi era el último sábado que venía, porque está terminando la temporada le dije: Si! Voy a querer! Todavía no sabía que iba a prepararle a tía como regalito dulce de cumpleaños pero sabía que tenía que llevar frutillas. Me encanta ese momento de tranquilidad en donde me siento con mis libros dulces a decidir qué hacer. Me paseo por las páginas, con fotos divinas y hablo conmigo misma... "No conoces esa técnica, te vas a animar igual?" o "Dale Pati... si no te sale no pasa nada". Me divierte, me relaja mucho.
Encontré una receta de pavlova y como venía de buena racha porque ayer me había animado con una receta nueva y me salió, coraje total. Me decidí por una base de brownie y una pavlova de chocolate unida al brownie con mucho dulce de leche, crema chantilly y frutillas frescas arriba.
Fui muy feliz a la hora del postre porque todos disfrutaron mucho. Tío César me pregunto: “Cómo pido esto en el Café?” y cuando miré los platos ya estaban vacios! Vendí todito!
Tía Mirtha le llamó a mamá mas tarde y le contó que tío Beibi pidió que le esconda un par de galletitas para más tarde.
Felíz cumple Tía!
