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5 jul 2011

Tarta de frutilla, festejo y mucho frío!

 

Hermosa! Si así me salió tan linda… cómo será que iba a quedar si la masa me salía bien!!! La masa quedó tan crocante como una galletita pero cuando estaba en el horno pensé que se moría… durmió 8 horas en heladera, después forré una tartera y quedo linda, le dejé descansar otra vez en frío para que no se enoje y cuando estaba bien fría de vuelta me animé a mandarle al horno. Era triste ver como se estaba deshaciendo… se derretía y los bordes se caían…  Socorro!!! Subí como 15 grados el horno a ver si le podía atajar!!! Y funcionó!!! Se quedó donde estaba… un poquito deforme pero doradita! 


 

Me divierte mucho mi ignorancia en este campo dulce y harinoso, me pongo súper nerviosa y preocupada por cosas tan simples de la vida como una tarta en el horno… pero cuando sale bien, cuando no muere en el intento, cuando tengo un momento de brillantez y se me ocurre que solo con dar la vuelta la perilla del horno puedo solucionar, me relajo tanto y suspiro y me rio. Está siendo muy divertido! Eso sí, la crema pastelera enriquecida con crema de leche quedó una sedita… Una crema tan suave y dulce.


 

El destino de esta tarta era especial. Era un regalo por el Día del Padre para mi suegro. Como sabíamos que sería el postre, con Ja nos imaginamos que sería perfecta con helado de crema (qué no es?) por eso preparé un coulis de las frutillas que quedaron. No quedó ningún pedazo viviente que cuente la historia y se comió tan rápido que no tuvimos tiempo de hacerle una fotito final.


 

Con panza llena después de rico asado, vinito, frutillas y helado, nos mudamos cerca del fuego a tomar té. Solo quedaba espacio para una siesta larga!








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