Uno de los postres más clásicos y deliciosos! Muy fácil de preparar y con pocos ingredientes. Un preferido por todos! Esta receta me regaló mi amiga Laura Conti :) Cuando probé su flan hace mucho tiempo, me enamoré! Desde aquel momento ya pude preparar un par de veces y nunca falla. Es una receta hermosa. Gracias Arqui!!!
Azucar: 1 taza.
Jugo de limón: un chorrito.
Huevos: 4 unidades.
Leche condensada: 1 lata.
Leche entera: 2 latas (usar la lata de leche condesada vacía
como medida)
Esencia de vainilla: 1 cucharadita.
Precalentar el horno a 180 grados.
En una sartén, a fuego medio, preparar el caramelo en seco.
O sea, colocar el azúcar sin agua pero sí con un chorrito de limón (que nos va
a ayudar a que no se cristalice tan rápido una vez en la budinera). Dejar que
el azúcar se vaya derritiendo, removiendo con una cuchara de madera
constantemente cuidando de que no se queme. El color del caramelo debería ser
un ámbar claro, tirando más al amarillo que al marrón. Una vez en el punto,
sacar y llevar directamente a la budinera (la cual debemos agarrar con un
guante de cocina o trapo porque se calienta muy rápido). Hacer girar y que el
caramelo vaya esparciéndose homogéneamente. Reservar.
Llevar al vaso de la licuadora los huevos, la leche
condensada, la leche entera y la esencia de vainilla. Licuar hasta notar que
todos los ingredientes se incorporaron. Un minutito o menos. Lista la
preparación. Llevar a la budinera y ésta dentro de una fuente con agua caliente
ya que debe cocinarse al horno en baño maría por aproximadamente una hora y
media.
Si el palito sale seco, y se nota que el contenido del flan
está bien coagulado y resistente, quiere decir que ya es hora. Está listo.